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Guardianes de la escarcha- capitulo 1 parte 2

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Nit-chan's avatar
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Capitulo I: Parte 2
Miradas

Nunca supe cuanto la espere, horas o minutos, pero por algún motivo me alegre cuando la asesina... No, cuando Nitcis volvió al poblado. Ese día comí con ella, pero no dijo una sola palabra. Juraría que estaba aun mas arisca que antes, pero no como si fuera fría conmigo, sino con todo el mundo. Ademas, yo estaba  cansado y tenia mucho sueño, pero ella llevaba tanto tiempo durmiendo que seguramente pasarían horas hasta que el cansancio hiciese mella en ella...

-Puedes dormir, no me voy a ir -No sabia si realmente había leído mis pensamientos o lo dijo por cortesía, pero a pesar de que realmente no quería dormirme, sus palabras habían relajado mi cuerpo y de algún modo cerré los parpados...

No recuerdo cuanto tiempo la había esperado a que regresara del bosque, no recuerdo cuanto dormí aquella vez, no recuerdo que fue lo que comimos... Pero se que lo ultimo que vi antes de sumirme en la inconsciencia, fue la escarcha que nunca había contemplado.

***

Desperté Por algún motivo, sentía como si aquella hubiera tenido que ser mi muerte. Pero ahora ya no me sentía tan mal por estar vivo... Seria el ultimo del pueblo, pero no imaginaba que los demás quisieran que les acompañara. Había despertado con las ideas claras, iba a vivir por todos, y no lo haría en esa odiosa tierra. Me iría a ver mundo.

Mire a mi alrededor algo perdido, estaba en la casa del alcalde, aquella en la que había dejado a Nitcis. Pero no estaba en la cama, sino en la mesa. Había dormido entre los restos de la cena y tenia algo grasiento en el pelo. Me dolía el cuello por la mala postura y los cubiertos, entre los cuales también había cuchillos, me rodeaban por doquier. Nitcis en cambio estaba en la silla de caoba que había en el lado de la cama, mirándome sin expresión. Y a juzgar por el estado de las sabanas, no había dormido allí. Le fui a preguntar porque no me había llevado a la cama o me había despertado, pero juzgando por como me dormí de repente ayer, supuse que simplemente me había dormido de alguna forma y no valía la pena velar por mi salud.
Me toque de nuevo el pelo y decidí que si no lo lavaba, acabaría atrayendo a todos los monstruos de la zona con el olor  de a grasa. Me dirigí a Nitcis.

-Voy a lavarme al arroyo -No dio señal de haberme oído o interés en mis palabras, pero miraba hacia a mi y supuse que me había entendido. Igualmente acabe la frase, no sin vergüenza- Por favor, espera aquí dentro... no... salgas...

Nunca antes le había dicho algo así a una mujer, porque en la aldea existían dos casas que hacían de baños, y nunca había oído de espías, pero supuse que si la asesina salia, al no conocer la ubicación del baño de los hombres... Podría tener algún encontronazo desagradable.
Ella no cambio el gesto ni me hizo ningún ademan, pero al cabo de un rato, al volver, seguía sentada en al misma postura y por algún motivo, eso me tranquilizo. Entonces me hablo.

-Tienes los ojos marrones -Era una frase extraña... Claro, ¡yo y la gran mayoría de la gente del planeta! Había un anciano en la aldea que tenia los ojos negros, y una vez, vio un grupo de nómadas en los que una mujer los tenia verdes, pero todos los demás que había visto, extranjeros o del poblado, tenían los ojos marrones. En todo caso los ojos raros eran los de la chica. -Pero son algo claros... Conocí a alguien con tus mismos ojos...

Quizás eso era nostalgia, o tristeza... Un punto mínimo de emoción en su voz. Pero ese punto tan mínimo sonaba devastador en alguien que aun no había tenido ninguna señal de emoción ni humanidad en todo el rato, que había matado a sangre fría sin parpadear.
Decidí decir algo para consolarla, pero antes de que hubiera pensado una sola frase en su "compostura" habitual me corto.

-Eres débil.
-¿Q... que?¿A que viene esto ahora?
-Quieres venir conmigo, pero eres débil. Los débiles solo mueren.
-¿Qui...quien dijo que quisiera venir contigo? -Lo peor era que lo había pensado, que no quería quedarme aquí y quería ver mundo, pero como no conocía a nadie fuera el pueblo, ni las rutas... Ella era tan extraña que de bien seguro venia de lejos, por lo que habría visto mas caminos de los que pudiera imaginar...
-Nadie lo dijo, pero es así. -No tenia muy claro si me leía la mente, si me había implantado ella esas ideas, si tan obvio era o si simplemente había adivinado el futuro. -Pero como te he dicho, los débiles solo mueren, no puedes venir conmigo.
-¡Pues entréname! -Realmente lo dije sin pensar, me irritaba que una chica tan frágil me llamara débil, pero me arrepentí tan pronto como dije esas palabras, recordando que esa "frágil" muchacha había matado un pueblo entero ella sola. Cuando parpadeé y no había nadie delante mía, y un segundo mas tarde notaba el filo de una navaja en el cuello.

Un hilillo de sangre caliente cayo por mi cuello, realmente Nitcis estaba a punto de matarme. Supuse que se había enfadado... Si una mínima nostalgia sonaba tan devastadora en ella, podría matar solo porque se había picado. El filo del cuchillo hizo mas presión...
Se me empezaba a nublar la vista...
Me soltó.

-Regla numero tres, no dejes que te corten el cuello. -Me gire para mirarla, aun anonadado, estaba jugueteando tranquila con el arma... Aunque ahora caía en que mientras hablaba antes, no hubo cerca ningún cuchillo menos el de los cubiertos, y ese no era de ellos...
-¿La tercera? ¿Y las otras dos?
-No dejes que te atraviesen el corazón y no dejes que te atraviesen la cabeza. -Si no fuera por su cara sin expresión, habría creído que bromeaba... Intente atacarla ahora yo, para no quedar tan mal, pero lo esquivo con envidiosa elegancia a la vez que me hacia un corte suave el el brazo, poco profundo pero que en seguida  empezó a sangrar. -La quinta es no te desangres.

Cogió la cortina y le rasgo un trozo. Acto seguido me vendo el brazo y el cuello. Sentía un poco de pena por el estado lamentable en el que estábamos dejando la lujosa casa.

-Estaré aquí un tiempo, cuando me canse me iré. Si para entonces consigues tocarme el hombro, podrás venir. Si es demasiado difícil, eres libre de morir o de abandonar, pero tendrás que quedarte aquí.

  ***  

Recuerdo los días siguientes de forma confusa, intente tocarle el hombro atacando, como acto casual, cuando durmiera, tropezarme... Simplemente lo esquivaba y cuando lo hacia contraatacaba. Un rasguño, un golpe, retorcerme la mano... Pronto no quedaron cortinas, era duro, pero como tampoco tenia nada mas, ponía todo mi empeño en tocarle el hombro. No distinguía mi dolor físico de mi frustración. Ademas, por obvias que fueran sus reglas (no tomar cosas venenosas, no dejar que me amputaran un brazo, evitar los estrangulamientos) parecían difíciles de cumplir.

Un día desperté y no la encontré.

Buscaba por todo el pueblo, la llamaba  gritos, estaba seguro de Nitcis no se habría ido sin mi, pero igualmente, no aparecía.
El ultimo lugar donde fui fue el claro donde los pájaros la habían rodeado. Aun quedaban algunas plumas en la zona, de un día que parecía absurdamente lejano, pero ni rastro de la propietaria de los ojos color escarcha.

Todo el mundo me cayo encima. Era ridículo como había dependido de Nitcis. Desde que ella mato toda mi gente, había vivido para cuidarla cuando se desmayo y para tocarle el hombro cuando se despertó. Dos tareas aparentemente sencillas las cuales resultaba estúpido realizar con la asesina que me quito todo, pero al fin y al cabo eran dos tareas por las que valía la pena despertarse, comer, volver a dormir... Por las que valía la pena vivir...
Me pregunte de nuevo porque la había ayudado... Ya no tenia la excusa de que fuera por venganza... Quizás fuera irremediablemente tarde, pero me daba la sensación de que empezaba  a entenderme... Y eso que el nunca había creído en el amor a primera vista...

Era tarde, si, pero que mas daba, al fin y a cuentas, ¿Con un sol inmóvil en el firmamento, como distinguir cuanto tiempo había pasado desde entonces? ¿Seria su nueva meta encontrarla para confesarse? Si.
Sin embargo, tampoco quería esperar tanto, así que primero me lo diría en voz alta para estar seguro y después volvería, al pueblo, cogería mis cosas, y marcharía, hacia el sol poniente, y así nunca mas tendría que mirar atrás.
Intenté imaginarme a Nitcis delante mía, apoyada en el árbol, como cuando los pájaros, y decírselo a aquella imagen mental...

-Nit... Nitcis... esto... tenia que decirte una cosa -¿Porque me costaba decírselo tanto incluso a mi imaginación? -La verdad es que yo... te quiero

Las ultimas palabras apenas habían sido un murmullo, me alegraba de que nadie las hubiera escuchado... Tendría que practicar mas, me dije bromeando conmigo mismo... Y me volví. Solo me quedaba recoger mis cosas y marchar, pero ante mi estaba Nitcis, y parecía mas real que la que acababa de imaginar.

-N... Nit... -Ni siquiera pude acabar su nombre, sentía el frio metal en mi pecho y un lacerante dolor. Supe al acto que la herida era mortal e intratable, y fue peor cuando retiro la espada, que reflejaba una puesta de sol tan escarlata que no era capaz de decir si las gotas de la hoja eran sangre o simplemente agua, pero incluso olvide mi dolor al verle el rostro. Lloraba.

La insensible Nitcis lloraba por mi, y de algún modo supe que ella me amaba, pero no me quedaban fuerzas para declararme a la cara, me desplome sobre ella y hice acopio de todas mis fuerzas que me estaban abandonando a velocidad pasmosa para alzar la mano y rozarle el hombro.
En esas circunstancias era un acto estúpido, pero sentí que debía hacerlo, intente hablarle, tenia la garganta llena de sangre, y notaba como la escupía junto las palabras, quizás era el momento de decir "te amo" "te quiero" o alguna otra declaración de amor,  pero Nitcis estaba llorando y eso seguro que la habría puesto mas triste, quizás por eso mis ultimas palabras fueron tan extrañas, pero creo que no podría haber dicho otras mas adecuadas

-Lo... logre -¡Logre tocar tu hombro! Déjame ir contigo... en mi pensamiento, la frase era mas larga, pero ya no podía decir nada mas. Mientras miraba sus ojos azules, mi vista se volvió negra, y el dolor dio paso a un extraño frio... Lo supe.

Ese día, yo morí.

***

Mire el cuerpo caído a mis pies, hacia rato que había dejado de llorar, pero aun me sentía triste... Tarde demasiado en matarlo.
Hacia tiempo que había abandonado los sentimientos, en mis circunstancias, la mínima emoción podría haberme vuelto loca, la impasibilidad era lo único que me daba estabilidad, pero si mi corazón latía, todo aquello enterrado quería volver a salir. Ahora mismo todo mi cuerpo me rechaza, mis ojos querían llorar mas, mi pecho doler, mi garganta gritar...Pero si no me imponía a ello, ese hombre lograría lo que quería...

Kratos realmente fue un estúpido... si no se hubiese declarado podría haber desaparecido y haberle dejado atrás, pero su confesión me obligo a actuar... Era un gran punto débil que no había podido ignorar... Si Kratos hubiera permanecido en silencio solo un par de minutos mas...
Aunque también era cierto que ello no tenia porque haber ocurrido si no me hubiera desviado para acudir a ese claro antes de marchar... Las personas son realmente estúpidas, y por lo visto, sigo siendo humana yo también...
Aun ahora siento su tacto en el hombro... Me pregunto si los muertos regresan...
Realmente soy estúpida, yo debería saber eso mejor que nadie, pero aun así...

Le cave una tumba con mis manos desnudas en lugar de con magia, lo cual habría sido mas pragmático, y me siento a esperar junto a esta...
Mirando un bello, escarlata, eterno y odioso atardecer.
Esto lleva mas de dos años en mi ordenador, y decidí subirlo ya que en su dia empecé.
Esta es la primera parte: <da:thumb id="319193437">

Y por allí está tambien el prólogo.

Me lo estaba mirando y esta tan lleno de faltas que ni me molesto en corregirlas, en serio. Lo siento por vosotros, pero es que no solo ortográgicas, tambien de narrativa. Confiaremos en que mi yo de hace dos años estuviera haciendo algo bien ^^U

Antes ponia el simbolismo de cada capitulo, lo intentaremos...
El agua: tanto cuando Kratos se va a bañar como al final vemos dos intenciones muy distintas en cuanto al agua, la primera vez la usamos para "limpiar las dudas", ejemplificando como se ha levantado con las ideas mas claras y seguro de si mismo, el agua es clara y limpia, y así se siente, pero al final el agua es teñida, no se ve transparente cuando le da el sol, por eso Kratos no sabe distinguir el agua de la sangre (de que liquido estemos hablando es secundario), mostrando que a veces, que una cosa no tenga color, que no tenga engaño, hace que sea mas facil de confundir y provoca mas errores.
Rutina: Kratos usa la rutina para sobrevivir y no tener que pensar mucho en su situación, pero cuando entra una situacion en la que quiero hacer incapie... digo que Kratos despierta. En otras palabras, uso rutina como sinonimo de ignorancia, el sueño de los tontos, y solo es capaz de afrontar realmente situaciones despues de despertar. Esto no critica ni la ignorancia ni la rutina, al contrario, Kratos vive gracias a ellas y consolidan su destino, ejemplifico que una rutina nunca debe ser eterna, que debemos pararnos a mirar cada cierto tiempo, porque sino es un sueño, y ya sabeis que es un sueño eterno.
Bello, escarlata, eterno y odioso atardecer: El atardecer es bello y odioso, es cuando la luz se apaga y empieza el dominio de las tinieblas. Esa luz cambiante y rojiza nos aleja de la realidad en si, como un aterciopelado sueño inducido a nuestros sentidos, pero ese no es el error, el error es que sea eterno. Al atardecer vemos como la luz se apaga y entran las tinieblas, pero al llegar la noche nos damos cuenta del error, que siempre habra luz, que la oscuridad no existe. Pero un atardecer eterno implica luz apagandose continuamente (o esa sensacion), sin poder apreciar que nunca nos engullirá la oscuridad al no llegar nunca la noche. Representa la desesperación y el dolor.

El capitulo tres es optimista ^^U
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Comments1
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carlosfc's avatar
voy a releerme de nuevo toda la historia que ya no me acuerdo de como era xDDD

luego comento que tal esta parte del capitulo 1.